El C.D. Mirandés también deja su sello en Mareo (0-2)
Los rojillos volvieron a brillar con balón y nunca vieron peligrar su victoria.
Fotografía: El Comercio
Nueva victoria. A domicilio. Y un nuevo estadio que ya sabe a lo que juega este C.D. Mirandés. Hoy en Gijón. Mareo. Real Sporting de Gijón ‘B’. Otra víctima que se llevó por delante un C.D. Mirandés brillante con balón. Atacando y también defendiendo. Porque una vez estuvieron por delante en el marcador, supieron dormir el encuentro con la posesión. Partido de equipo grande. Otra vez.
Posesión discutida desde el inicio. Un Real Sporting de Gijón ‘B’ más cómodo desde el inicio hacía daño con balones a la espalda de la defensa rojilla. Pronto conseguía su primer córner. Minuto 1. Sin peligro. Los de Borja Jiménez trataban de acomodarse sobre el tapete. Y lo hacían con el control del cuero. Rodrigo avisaba en el 11, percutiendo por banda izquierda para ganar línea de fondo y poner el pase atrás. Interceptado. El fichaje invernal se movía en segunda línea por todo el frente de ataque. En el minuto 15, de nuevo, ahora por el centro. Llegó el portero Joel antes. Los locales, por su parte, tampoco se achantaban. Limones volaba en el 17 para marcarse un paradón a mano cambiada. Y llegó la pausa. Quince minutos de tregua hasta que Rodrigo reapareció. Fue la pesadilla de la defensa rojiblanca. Esta vez con un fuerte disparo raso. Demasiado centrado para un buen colocado Joel. Animaba el partido el Mirandés y entonces, la réplica. Media grada cantó gol. No contaban con Odei, salvador para sacar de la misma línea de gol un pase de la muerte empujado por Gorka Santamaría. Ya no había tregua. Minutos 38, alternativa para el Mirandés. La más clara para los visitantes. Jugada brillante de banda a banda con Hugo Rama como capitán de la nave. Segundo cambio de lado diagonal para Álvaro Rey que se la puso a Matheus para empujar y este se encontró con el cuerpo de Joel. Tapaba un gol cantado. Descanso.
Sin cambios. Ni en los equipos ni en el guion del partido. De nuevo salía de vestuarios un Sporting de Gijón vertical. Sin demasiados malabares en medio campo. Diagonales a la espalda de la defensa. Y córner de nuevo nada más empezar. En todos los que sacaron anteriormente se impuso Limones. También aquí. Los rojillos a lo suyo. A menear el balón. Rápido. Preciso. Primer toque. Delante y atrás. Triangulación. Y llegaban a portería. Rodrigo se resbaló en el peor momento posible cuando ya pisaba área. Ocasión al limbo en el minuto 50. Seis minutos después, no había resbalones que impidiesen certificar la supremacía rojilla en el arranque de segunda mitad. Fue Guridi quien firmó. Álvaro Rey el adjunto a esa firma. Porque la jugada por banda izquierda del extremo andaluz fue para enmarcar. Pase atrás y tras un rechace, disparo cruzado de Guridi a la cesta. Dos partidos de liga: dos goles. Se llama Jon Guridi.
El gol espoleó a los rojillos. Fue un vendaval en el que pudo caer pronto el segundo. En el 57. Balón a la madera de Matheus y Rodrigo, a la segunda, se encontró con Joel en el palo corto, que tapó su disparo. No fue tan pronto, pero fue. En el 62. De nuevo Álvaro Rey dejaba su repertorio en banda izquierda y la ponía para un Matheus solo en el segundo palo. Para empujar. La empujó. Y gol. 0-2.
Trabajo hecho, pero el partido no había acabado. Aprender de los errores decía el mister, Borja Jiménez, tras partidos como el de Santander y Barakaldo, que dejaron con la miel en los labios a los suyos. Pues se aprendió. Con el resultado a favor fue una clase maestra de cómo defender con balón. Y a partir de esa base, más en ataque. Matheus pudo sentenciar en el 70 en una semi volea que obligó a la estirada de un buen Joel bajo palos. Yanis en el 77, no consiguió impactar el centro raso atrás de Guridi. Mientras, ni rastro de un Sporting ‘B’ que era quien iba por debajo en el marcador. El encuentro había acabado hace ya mucho tiempo