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Victoria de prestigio ante el líder (0-1)

El CD Mirandés asalta El Sardinero y vence con gol de Reina y un jugador menos tras la expulsión de Tachi.

Arranque frenético de partido, sobre todo por el bando visitante. Los de Lisci no salieron al campo del líder a especular. Salieron a ganar. Y lo demostraron durante toda la primera mitad. Una primera mitad que tuvo muchas más ocasiones visitantes.

Verticalidad en los desplazamientos. La consigna parecía clara. Robar y lanzar a los puntas. Panichelli e Izeta se pegaban con quien hiciera falta. Y sacaban rédito. En el minuto 14, al punta vasco le anularon un gol por fuera de juego.

Poco antes, era Homenchenko desde segunda línea quien avisó con un zapatazo que detuvo Ezkieta. Y es que tanto él como Reina se proligaron en ataque durante todo el primer acto.

Fueron mejores durante estos primeros 45 minutos. El Mirandés fue mejor en El Sardinero. Y pudieron hacerlo efectivo en lo que al marcador se refiere. Pero con Ezkieta ahora vencido, fue Montero quien sacó de sobre la línea de gol el cabezazo picado de Izeta en el minuto 28. Descanso.

Arrancó la segunda parte con el guion cambiado. El Racing, obligado en casa como no podía ser de otra manera, apretaba. Fueron minutos de mucha verticalidad con Íñigo Vicente a los mandos. Andrés Martín pudo anotar el primero con un balón que se le marchó a las nubes tras la asistencia del 10, que era el mejor de los suyos. De los `10` iba a andar la cosa, de hecho.

Se consiguió sacudir los asaltos el CD Mirandés, tampoco con demasiados sustos. Arana quiso hacer daño al poco de entrar, pero ahí estuvo el pie salvador de Raúl para decir que no. Por ahí hoy no.

Y turno para los jabatos. Los de Lisci tuvieron que ver cómo se les anulaba otro gol, esta vez porque el colegiado señaló fuera de juego justo antes de que el balón de Julio Alonso acabase dentro de las mallas. Todo quedaba invalidado tras el sonido del silbato.

El encuentro cambiaba en el 76. Segunda amarilla para Tachi que dejaba a los visitantes con diez. Y a remar. A demostrar lo que es este equipo.

Juntos, con orden y con mucho pero que mucho sacrificio, ahora sí achicaban como podían las embestidas del líder. ¡Qué manera de defender! ¡Qué compromiso de todos! Jugadores jugando en posiciones no habituales para ellos y defendiendo como auténticos jabatos. Lo que son. Jabatos.

Y ese esfuerzo iba a tener recompensa. Sí porque habían sido mejores. Sí porque habían hecho méritos. Sí porque pese a estar con uno menos el CD Mirandés se lanzó a por la portería contraria. ¡Y consiguió el gol! A la contra, el capitán recibió, condujo, encaró y le pegó al balón con el alma de todos sus compañeros. Y el suyo claro. ¡GOLAZO EN EL SARDINERO QUE DABA LA VICTORIA!