
C.D. Mirandés 2-0 R.C.D. Mallorca
Cuarto triunfo consecutivo de los rojillos que cierran la temporada de la mejor manera posible, acabando octavos en la tabla de clasificación y a tan solo dos puntos del playoff.
C.D. Mirandés 2-0 R.C.D. Mallorca
Tocaba cerrar el año en casa y qué mejor manera de hacerlo que con victoria, poniendo la guinda al pastel en la mejor campaña de la historia de C.D. Mirandés en la división de plata del fútbol español.
El partido arrancó algo lento, con un ritmo de juego al que no nos tienen acostumbrados los locales cuando juegan en casa. Sin embargo, tampoco el R.C.D. Mallorca hacía muchos intentos por darle velocidad a la pelota en sus combinaciones ni mucho menos buscar la movilidad en el juego sin balón de sus delanteros. Los desplazamientos en largo tampoco no eran tan precisos como en otras ocasiones y las ocasiones ya tardaban en llegar. Todo sea dicho, la actitud de los rojillos por buscar la portería contraria parecía mucho más intensa que la de su rival, y al final quien la sigue la consigue. Fue una transición rápida en la que la defensa rojilla encontró un bonito pase por encima de la línea de medios interpuesta ayer por el entrenador balear, Miguel Soler, haciendo que el balón llegase a los dominios de Igor Martínez, a quien le bastó apenas un toque de calidad para prolongar el esférico en largo al hueco en busca de la velocidad de Pedro, que dejando atrás a su par tampoco se lo pensó dos veces para empalmar sin que la pelota tocase siquiera el suelo e instalar el primero en el marcador de Anduva. Pese a no gozar de demasiadas ocasiones, los rojillos demostraban así su efectividad de cara a portería con este gol en el minuto seis en la primera sensación de peligro que llevaron a los dominios del guardameta Miño. El ritmo aumentó pasado el cuarto de hora de juego de este primer acto, y los visitantes tuvieron un par de ocasiones en las que Razak demostró volver a estar a la altura para mantener la meta de los suyos a cero. Así que el choque no dio para más antes de que los jugadores encarasen el túnel de vestuarios.
Pocas intenciones se le vieron al R.C.D. Mallorca tras el descanso. Y es que pese a ir por debajo en el marcador, los visitantes no parecían muy dispuestos a hacer el sobreesfuerzo que colocase al menos las tablas en el electrónico. Los rojillos seguían siendo dueños y señores de la posesión de la pelota, ahora con combinaciones más largas, de lado a lado del campo entre la línea de defensa, sin arriesgar en los desplazamientos y con criterio de cara a superar las líneas de su rival. La movilidad de Juanjo y Pedro en la delantera –intercambiando constantemente sus posiciones- hacía mucho daño a una defensa balear incapaz de mantener sus marcas sobre los rojillos, y en todo momento pareció estar más cerca el segundo para el casillero local que el empate para el visitante. Las gradas de Anduva comenzaba su particular fiesta de fin de temporada con el equipo dominando a todo un histórico como el R.C.D. Mallorca, que jamás creo sensación real de peligro en la puerta de un solvente Razak. El carrusel de cambios dio paso en cada uno de los banquillos y cada jugador rojillo era despedido con mayor ovación por la temporada ofrecida a su afición. Pero la fiesta no acabaría sin su colofón final casi al término del tiempo reglamentado y ya cuando el cuarto árbitro levantaba la tablilla de los dos minutos de añadido. Otra vez el mismo protagonista –bigoleador ayer-y en otro balón largo que superó la defensa mallorquinista para dejar en el mano a mano de nuevo a Miño y a Pedro, que enganchó un zapatazo cuando la pelota caía a media altura para fusilar las mallas de la portería visitante y sentenciar un encuentro que volvió a tener final feliz para los rojillos.
Con el triunfo de ayer en esta 42ª y última jornada de Liga Adelante, los rojillos logran mantener su octava posición en la tabla con 59 puntos –la mejor marca de su historia- para quedarse a tan solo dos del sexto puesto de playoff.